Hace
meses me propusieron participar en una aventura llamada Pedales de
Leon, que forma parte de Pedales del Mundo, en 5 etapas, y acepte,
cuando se fue acercando la fecha fue cuando me empecé a informar bien de
en qué consiste la aventura y al ver los desniveles creí oportuno
entrenar un poco más de lo habitual, y menos mal porque sino lo habría
pasado muy mal, rutas muy exigentes, y cinco dias seguidos requieren
algo de preparacion, si quereis saber por donde trancurren la rutas
visitar http://www.pedalesdeleon.es/cas/ruta/itinerario.asp que
explica todo al detalle cosa que no entraré, pero si en mi valoracion
de la aventura personal, para que tengamos una idea aclarar que las
tipicas rutas que hacemos los sabados son de 45 a 60 km, y unos
desniveles acumulados de entre 800 metros a 1200 metros y como todos
sabemos acabamos reventados, y esta aventura son 220 km y 6650 metros de
desniveles acumulados, en cinco etapas, en km no parecen mucho pero en
desnivel 6650 metros en 5 dias parecen bastantes serios, etapas
bastantes duras me esperaba, y asi fue. Haré un resumen en general
porque si hiciera una crónica de cada etapa me perdería en detalles
interminables.
Las
primeras horas del día casi siempre con niebla y cielo cubierto nos
hacía dudar la indumentaria que debíamos llevar, pero a eso de las 10:00
ya el sol disuelve las dudas y apretaba el calor, caminos siempre con
zonas embarradas de los días anteriores que fueron lluviosos, lo
suficiente para llenarnos hasta el casco de salpicones, y boñigas de
vaca que se mezclaban con barro, en mi vida vi tantas boñigas de vacas
en tan poco tiempo, nuestro libro de rutas al detalle nos guia
perfectamente y aclara dudas cuando salían, fuentes de agua a tutiplen, y
siempre un pequeño o gran riachuelo a nuestro lado, nos facilitaba
llenar nuestros bidones de agua fresca, tan fresca que mi garganta al
tercer día empezó a resentirse, caminos variados, generalmente ciclables
aunque no siempre, y un sube y baja constante, con grandes rampas de
alto desnivel llegando a veces a más del 20% que nos obligaba a empujar
la bici, rutas desconocidas en las que debemos siempre guardar fuerzas,
también bajadas de vertigo en la que curvas, saltos y animales se
cruzaban que en más de una vez el cuentakm marcaba más de 50 km/h,
cuando teníamos que reponer fuerzas por el camino porque la etapa era
larga, algún menú casero típico de la tierra degustábamos en el pueblo
señalado y hasta alguna siesta por algún prado tuvimos que darnos antes
de continuar, con el único sonido de los pájaros piando y agua del rio
pasar, donde parecia que estabamos en el paraiso, con vistas a picos
nevados, la hierba fresca y un gran sol calentándonos.
Incidencia
solo que un miembro del grupo tuvo que acortar camino el último día por
romper el cable del cambio, y el resto nada de nada, ni pinchazos, ni
caidas... vamos na de na.
Cada
día en la llegada al alojamiento señalado limpiabamos y dejábamos a
punto las bicis para la siguiente etapa, y reponiamos fuerzas con buenas
cenas copiosas, y a dormir.
Un
vez de vuelta al punto de inicio y comprobado que habiamos sellado en
los puntos de control estipulados, nos entregan el maillot de Pedales de
León como recompensa a tal
esfuerzo.
Una
gran aventura que he disfrutado a tope, cansado como era de esperar
pero con una gran sonrisa, parece que una vez que pruebas este tipo de
viajes, ya te enganchas a participar en otros similares, jaja. Si teneis
alguna duda sobre esta aventura podeis contactar conmigo.
Un saludo y hasta la próxima. Javi9
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