domingo, 16 de febrero de 2014

Racó Barona 2.0

SABADO 15/02/2014
CRONISTA: MARCOS
 
8:30 de la madrugada. 6 valientes MIR nos encontramos en Biciarreglo dispuestos a emprender una hazaña solo apta para auténticos machacapiedras: una ruta que hace un año hizo pasar un mal rato a más de uno de los integrantes de esta panda de globeros. El planteamiento para este día era ir en coche hasta Soller, endurear hasta Deiá, volver atrás por otros caminos y luego subir las temidas rampas de Racó d'en Barona. Dicho así parece poca cosa pero la ruta tiene tela. Tela jardinera...
Emilio, Sito, Toni, Julián, Elías y yo mismo. Curiosamente hoy Emilio no alardeaba de haber "pinchao" por la mañana; lo que me llevó a pensar que había hecho abstinencia para no flaquear sobre su montura, demostrando así la dureza de lo que se nos venía encima. La sola imagen mental de nuestro compañero dándose un revolcón matutino con su amada me produjo escalofríos y decidí apartar todo aquello de mi mente.
Conducimos hasta Soller, descargamos los hierros y empezamos a pedalear. 50 metros y ya vemos a Sito atrasado con problemas técnicos. A Emi le asalta la profesionalidad bicicletil y en dos minutos le apaña la bici a Sito para que podamos reanudar la marcha. Empezamos a subir rampas y va saliendo un sol radiante, pasadas unas cuantas rampas nos paramos a quitarnos ropa ya que el sol estaba haciéndonos sudar de lo lindo. Seguidamente nos metemos ya en caminitos de tierra y roca; muy disfrutones y algo técnicos. Apenas habíamos entrado en dichos caminos cuando el señor Elias....PAFFFFFFF!!! Llantazo y a cambiar cámara acompañado de las carcajadas del grupo provocadas por Emi que le cantaba "En Joan petit quan pinxa...". Doble ración de risas cuando vemos que Elías ha cambiado la cámara pinchada por otra que también lo estaba... Suerte de Toni alias Doraemon que le cede ooootra cámara en buenas condiciones. Tras varios sube-baja y algún mosqueo por taponar el paso llegamos a la bajada de los escalones que nos dejará cerca de Deiá. Llegamos a dicho pueblecito con unas vistas espectaculares y el sol brillando en un cielo totalmente despejado. Cocacola en el bareto de turno y llamada al señor Ramón, que nos confirma que la Fideuá nos espera en Palma para cuando acabemos la jornada de MTB. 

Emprendemos la vuelta a Soller bajo un sol de justicia, enfrentándonos a otro par de rampas de las que te dejan seco. Una buena sudada y llegamos a una fuente con agua fresca y limpia con sabor a montaña. Nos refrescamos y seguimos subiendo, pedaleando, luchando. El cuentakilómetros parece estar atascado porque los kilómetros se hacen largos debido a la dificultad técnica y el continuo sube-baja que nos hace avanzar despacio. Otros dos problemillas mecánicos sacan lo mejor de Emilio que parece trabajar mucho más eficientemente al aire libre, dos minutos por bici y como la seda... Tras un rato combinando pedaleo, pateo, sudor, risas y mucha adrenalina llegamos a un aljibe que nos indica el comienzo del famoso y a la vez temido Racó d'en Barona. Cabe decir que donde se encuentra el "safreig" han puesto una barrera con un cartel de "prohibido el paso" pero tras hacerle la rosca a un payés y comer una barrita enfilamos el camino de cemento y empezamos con la flagelación que supone mirar arriba y montarse en la bici sabiendo a dónde te diriges. Unos antes y otros después, pero todos hemos echado pie a tierra antes de poder alcanzar la barrera que está al final de tan castigador camino. Mención especial a Emilio y Elías que casi casi lo consiguen. Era tarde y surge la idea de bajar por donde habíamos subido para así llegar pronto a Sa Barrica a pegarnos el atracón pero dos o tres nos oponemos a la propuesta ya que queríamos ceñirnos al plan inicial. Yo personalmente he querido seguir el track porque no conocía la zona y porque creía que ya estábamos arriba y que solo quedaba "la parte fácil"... ERROR!! El camino a partir de ahí se ha complicado cada vez más y más ya que al ser una zona poco transitada estaba llena de piedra suelta, hierba seca por un tubo y árboles caídos en medio del camino. Ha sido gracioso porque cada tronco entorpecedor hacia que Elías se ponga borrico, le salía la vena de leñador frustrado y nos apartaba los troncos uno a uno. Tras mucho subir el agotamiento hace mella, el grupo empieza a tener síntomas de cansancio y tirones pero también saca lo mejor de cada uno, en esos momentos compartimos todo lo que tenemos y nos ayudamos unos a otros más que nunca. Emilio va en cabeza seguido por mi y Julián detrás por un llaneo muy muy roto, era realmente difícil cruzar esa zona sin descalar. Tras una curva nos encontramos 2 bueyes en medio del camino mirándonos fijamente por lo que Julián, presa del pánico se sale del camino acercándose más al acantilado que a los dos animales que nos clavaban la mirada. Emilio y yo le seguimos y pasados unos metros volvemos a meternos en el camino sin haber molestado a los dos bichos. En ese momento llegan Toni, Sito y Elías y algo asustados por los dos animales en el camino nos preguntan por dónde habíamos pasado; a lo que les respondo "Entre los toros, que no muerden!". Toni con la mirada algo dudosa se dirige hacia los dos bueyes y saltan las carcajadas: JAJAJAJAJAJ!!! Unos pocos kilómetros más de bajada y subida y enfilamos el último tramo que nos llevará al Coll de Soller. Segundo talegazo por mi parte en la bajada que me dobla el manillar. Sito y yo intentamos enderezarlo a lo bruto pero no se deja.... Elías nos ve haciendo el mono, nos aparta de un manotazo e invocando el poder de greyskull me lo endereza sin pestañear. Por fin llegamos a la carretera donde encontramos una fuente bastante grande. Un poco de postureo y momento sexxxy con Emilio; algo de agua fresquita y nos bajamos las curvas hasta Soller a una velocidad considerable dado el cansancio que llevábamos encima.
Llegada a los coches y nos apresuramos a meter las bicis en los vehículos motorizados. Julián iba con portabicis de maletero y en su afán por que aquello quede bien apretado se cuelga de una de las correas y con todo su peso arranca el alerón del coche. Pues nada, otro par de JAJAJJAJ (por suerte va a cambiarse el coche y no le supone un problema que esté roto). Un adiós a Julián que se va a casa y nos vamos a Sa Barrica a ponernos finos de Fideuá. Menudo platazo XXL sabrosísimo, acompañado de una buena jarra refrescante de cerveza y limonada.
Se puede decir que hoy hemos sufrido de lo lindo pero no hay ninguno de nosotros que no esté pensando en cual va a ser nuestro próximo desafío semanal, nuestra próxima ruta y nuestro gran sábado de recreo entre amigos practicando nuestro segundo deporte favorito. Hasta pronto compañeros!

No hay comentarios:

Publicar un comentario