domingo, 17 de marzo de 2013

LA GRAN DIASPORA

SABADO 16/03/2013
CRONISTA: Ramón
 
Hoy, después de algún problema familiar, me he reincorporado al grupo en un estado anímico mucho mejor que el del sábado pasado. Eso se ha notado en mi rendimiento, que aunque haya perdido algo de estado de forma, por falta de entrenamiento, me he sentido mucho mas a gusto y muy contento de reencontrarme con mis amigos.
La mañana ha amanecido muy fría, a las 7, el termómetro marcaba -1º. En el lugar de encuentro, ya a las 9`30 había subido un poco, pero no mucho mas. Tendría que ser el esfuerzo físico el que se encargase de calentar nuestros gélidos cuerpos.
Ausencias obligadas de Emilio, por problemas físicos, y del Sevi, que esta tomando el sol Andaluz.
De Calvia han aparecido Christian y David, (Cazico y Elías han acabado su corta temporada de mtb, desgraciadamente para todos nosotros), dos nuevos han repetido, Ángel y Jesús, y los incombustibles, Julián, Soler, Javi, Sito, Pedro Morey, Luque y yo mismo.
La ruta de esta semana, se decidió en las catacumbas del club, y se hizo pública el mismo viernes, no siendo objeto de objeción alguna por parte de nadie. En definitiva del acuerdo adoptado, solo estaba claro que teníamos que llegar a las antenas de Calvia, y bajar por la trialera hasta Son Caliu.
Ante tal desconcierto, he decidido dar un paso al frente, y dirigir al grupo por caminos fáciles y divertidos, entre la zona de Son Rapinya y Son Dureta, que nos llevarían hasta Genova. La subida hasta el monumento, es dura con rampas del 14, 15%. Christian nos ha hecho una exhibición de su gran estado de forma. En la barrera del alambre nos hemos reagrupado como siempre. Ahora ya las rampas se suavizan un poco, aunque siguen siendo bastante duras. Una vez en Es Coll d`es Pastors, y nuevamente reagrupados, reemprendemos la marcha, hacia las Antenas. El ciclar por esta pista se ha dulcificado mucho, después de que haya desaparecido gran parte de los restos de pino desbrozado, que algún inepto político, o funcionario ordenase esparcir por ella, gastando inútilmente el tiempo de los funcionarios del Ibanat y el dinero de los contribuyentes.
Llegada escalonada a las antenas, según las fuerzas restantes de cada uno. Y después de una barrita y ponerse las protecciones, los que las llevan, nos dirigimos, a la que, al menos para mi, es una de las bajadas mas duras que conozco. Y hoy tengo que decir que me he sentido más cómodo y seguro bajando, que las veces anteriores. Ya era hora.
Varias caídas sin importancia, una de ellas, la de Ángel, de la que he sido testigo directo, podría haber revestido algo de gravedad, pues se ha golpeado la rodilla con un roca, produciéndole un corte, del que manaba abundante sangre. Al llegar abajo ya venia vendado y todo, pues Luque con cinta americana le había practicado las primeras curas, tal si fuera el doctor House.
Aquí he vuelto a tomar el mando, para dirigir al grupo hacia Costa d`en Blanes por caminos desconocidos por la mayoría. Desgraciadamente, cuando hemos llegado a las rampas de asfalto, algunos han hecho un ejercicio mental, consistente en calcular los kms de subida que quedaban para alcanzar nuevamente la cresta de Na Burguesa, y el sentido de supervivencia, que todos llevamos dentro, ha aflorado rápidamente, haciendo que tuviéramos que escuchar excusas de toda índole, “es que he quedado”, “a las dos me esperan”, “es que lo que queda me da cosa”, etc, etc, etc.
Señores, no voy a dar nombres, pero de 11 que hemos salido, hemos quedado 6.
Bueno, pues ahora nos tocaba subir otra vez hasta arriba, primero por asfalto, con rampas del 18%, y posteriormente por pista, con mas o menos el mismo desnivel. Los dos calvianeros, que ya habían venido a Palma rodando, se han despedido en el inicio de la pista, donde da comienzo un tramo de DH, que va a dar a la bajada, que denominamos la enduro. Los restos del equipo, Javi, Soler, Julián, y yo, hemos coronado alegremente, sabedores y satisfechos del deber cumplido. Ahora ya solo quedaba crestear, para ir en busca del divertido DH des Coll de Sa Creu. Un parche de Julián, rápidamente solucionado, y vía libre para, el ya añorado, descenso.
Nos hemos divertido como nunca, pues todos hemos ido por encima de nuestros niveles acostumbrados, y sin ningún contratiempo.
Al llegar a Es Secar, estábamos algo machacados, pero la lectura de los datos de nuestros ingenios electrónicos nos han revelado el porque. Más de 1500 metros de desnivel acumulado en 50 kms y más de cuatro horas de pedaleo efectivo tenían la culpa. Pero ¿es que acaso los sábados no se han inventado para que los MIR podamos pedalear, sufriendo y gozando juntos? Pues eso.
 

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